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El costo de la vida en una ciudad es la suma de muchos gastos, pero la vivienda suele llevarse la mayor parte del presupuesto. Y en las ciudades más caras del mundo, entre las que se encuentra Londres, ese gasto puede suponer entre un 40 y un 65 por ciento de los ingresos.
La quinta edición del informe “Global Living” del grupo CBRE, la empresa de inversión y servicios inmobiliarios más grande del mundo, destaca que el mercado inmobiliario de Londres experimentó una recuperación muy rápida después de la recesión del 2009. “Este sólido crecimiento fue impulsado por la mejora del entorno global y económico, que atrajo a los inversores extranjeros”, señala el documento. Sin embargo, esa recuperación se tradujo en que los precios de las propiedades ahora se encuentran entre los más altos del mundo. Londres tiene el tercer valor de propiedad principal más alto y también tiene a un tercio de la población pagando alquileres insoportables. “Una combinación de alta demanda y bajo stock ha llevado los alquileres a la quinta posición más alta en el ranking mundial”, aseguran.
El problema es que ciudades mucho menos cosmopolitas tienen también un elevadísimo coste de vivienda. Por esto, algunos ayuntamientos están buscando reducirlo y aumentar las casas destinadas a personas con rentas bajas o medias. Ahí es donde entra el gigante sueco Ikea, que tiene luz verde para construir viviendas low cost a partir del 2021 en el Reino Unido.
Comunidades de 200 hogares
El Ayuntamiento de Worthing, en West Sussex, ha sido el primero en aceptar una propuesta de la compañía BoKlok, propiedad de Ikea y de la constructora Skanska, para construir un barrio de casas prefabricadas. Según explicaron a ABC fuentes de la empresa, en Reino Unido quieren crear comunidades de entre 40 y 200 hogares. “Hacemos lo posible para que las personas con ingresos medios realicen su sueño de tener una casa propia”, explican.
La idea no es nueva. Nació a principios de la década de 1990 cuando la líder mundial en el diseño de hogares funcionales y la pionera de la construcción se unieron para crear viviendas sostenibles, de calidad y de bajo costo. Las primeras viviendas de BoKlok se inauguraron en 1997 y hasta el momento han construido más de 11.000 en Suecia, Finlandia y Noruega. “Nuestras casas se realizan fuera del terreno, en la fábrica, utilizando un proceso inteligente que nos permite ensamblar módulos rápidamente. Nuestros costos son predecibles y siempre estamos trabajando para reducirlos”, dicen. Pero su propuesta va más allá: no se trata solo de construir casas baratas, sino “verdes”. “En un mundo con recursos limitados, construimos en madera para minimizar nuestro impacto en el medio ambiente”. Su proceso de reciclaje es tan completo que tiran a la basura menos del 1% de los materiales sobrantes. “Y nuestra huella de carbono es menos de la mitad que la de los proyectos de construcción normales”.
Si Ikea ha marcado la pauta del interiorismo durante las últimas dos décadas, quizá también este avance marque un antes y un después en el mercado inmobiliario, con la rentabilidad y la sostenibilidad como banderas.